martes, 28 de octubre de 2008

Una noche un tanto surrealista, supongo

Llevo 32 minutos pensando como puedo empezar un texto que probablemente leerás tú y dos personas más. No sé como hacerlo. Las ideas se me amontonan en la cabeza, pero no hay orden lógico de ordenarlas.
Habrá gente que dirá que tiene un día malo, otros más pesimistas dirán que son temporadas, y las personas más dramáticas dirán que toda una vida. Esos problemas que no nos dejan dormir, lo que nos vienen a la cabeza nada más levantarnos, los que no se van en todo el día y los que cuando te acuerdas te da un vuelco el corazón. Yo, la verdad, no los suelo tener todos de golpe, depende del día, de la hora y del lugar. Tú sin embargo no los tienes nunca.
Probablemente seas una de las personas más maravillosas que he conocido en los últimos meses, o tal vez he de decir que te conozco de casi toda la vida. No lo sé. Unas veces me da la impresión de que somos amigas desde hace muchísimo y no me quedan demasiadas cosas por saber de ti, pero en días como hoy me doy cuenta de que necesitaría más de una vida para conocerte, lo cual, me alivia y me asusta a la vez. Lo que sí que sé es que eres de las pocas personas que me saca una sonrisa de buena mañana, que me entretiene con tus historias y que me hace reir con tus ocurrencias...


Llegas temprano a la estación, dejas tus problemas y cojes el primer tren que pasa.